ROMA, 20 de mayo de 2025 – En una jornada marcada por la emoción, la esperanza y un fuerte llamado a la renovación espiritual, Su Santidad el Papa León XIV visitó este martes la majestuosa Basílica de San Pablo Extramuros, uno de los cuatro templos mayores de Roma y lugar sagrado que custodia la tumba del Apóstol de los Gentiles, San Pablo.

Esta significativa visita no solo forma parte de los actos conmemorativos del segundo año de su pontificado, sino que llega en un momento crucial para la Iglesia: tiempos de profundos desafíos culturales, una creciente indiferencia religiosa y una necesidad urgente de volver a las fuentes vivas de la fe.


Un gesto cargado de significado espiritual

El Papa León XIV eligió visitar esta basílica en un gesto profundamente simbólico. San Pablo, el incansable misionero, el converso radical, el apóstol que llevó la Palabra más allá de las fronteras del judaísmo, representa —en palabras del mismo Pontífice— “el modelo de audacia evangelizadora que la Iglesia necesita hoy más que nunca”.

Su llegada estuvo acompañada de momentos de recogimiento, oración y silenciosa contemplación frente al sepulcro del Apóstol. Con la cabeza inclinada y las manos entrelazadas, el Papa permaneció algunos minutos en oración, como quien bebe directamente de la fuente.


Una homilía que resonó como un llamado urgente

Durante la Misa celebrada en el altar mayor, el Santo Padre pronunció una homilía encendida y profundamente pastoral. Sus palabras, dirigidas a obispos, sacerdotes, religiosos y cientos de fieles presentes, así como a millones que seguían la transmisión en directo, tocaron las fibras más hondas de la vida cristiana:

“La Iglesia no puede vivir de recuerdos, por hermosos que sean. No fuimos llamados a custodiar reliquias del pasado, sino a ser testigos vivos del Evangelio en medio del mundo. No podemos ofrecer al mundo las cenizas de nuestras costumbres, sino el fuego del Espíritu que arde en corazones disponibles.”

Con voz firme, pero llena de ternura, el Papa exhortó a todos los fieles a salir de la comodidad, de la tibieza espiritual y de la autorreferencialidad, para “volver al ardor de los primeros cristianos, al coraje de Pablo, al amor que lo llevó a decir: ‘¡Ay de mí si no evangelizo!’”.


Un contexto pastoral: la Iglesia en salida

Esta visita se enmarca dentro de una nueva serie de peregrinaciones simbólicas que León XIV ha comenzado a realizar por los lugares clave de la fe en Roma. No se trata simplemente de un calendario litúrgico, sino de un auténtico itinerario espiritual para despertar el corazón del Pueblo de Dios.

Fuentes del Vaticano han señalado que el Papa busca con estos gestos “reavivar el testimonio apostólico en los corazones de los católicos” y volver a enraizar la acción de la Iglesia en la Palabra viva de Dios, el Magisterio perenne y la Tradición recibida.


Una Iglesia que no teme anunciar la Verdad

El Papa no evitó referirse a los retos actuales que enfrenta la Iglesia. En su homilía, denunció el relativismo, el secularismo agresivo y una visión mundana que a veces también contagia a los propios cristianos:

“Hemos sido elegidos para iluminar el mundo, no para ser lámparas ocultas o silenciosas. La verdad del Evangelio no puede negociarse para agradar a los oídos del mundo. El amor que no se atreve a decir la verdad no es amor cristiano.”

Sus palabras fueron recibidas con una ovación espontánea de los presentes, entre quienes se encontraba una delegación de jóvenes de diversas diócesis de Europa que habían peregrinado hasta Roma para este encuentro.


Una oración final por la unidad y la misión

Antes de despedirse, el Papa dirigió una oración especial por la unidad de los cristianos, recordando que la Basílica de San Pablo ha sido durante años sede de encuentros ecuménicos. Pidió que “el ardor de San Pablo inspire a todos los bautizados a superar divisiones, a mirar con misericordia nuestras diferencias y a caminar juntos hacia Cristo, el único Señor”.


Reacciones y repercusiones

Desde todas partes del mundo comenzaron a circular en redes sociales las palabras más impactantes del Papa. La etiqueta #FuegoDelEvangelio se volvió tendencia en cuestión de horas. Obispos, movimientos apostólicos, comunidades religiosas y laicos compartieron reflexiones inspiradas por el mensaje del Pontífice.

En declaraciones a medios internacionales, el Cardenal José María Alves, prefecto de la Congregación para la Evangelización, afirmó que el mensaje del Papa “nos obliga a revisar nuestras parroquias, nuestras misiones, y preguntarnos si estamos realmente encendidos por la Palabra o simplemente repitiendo estructuras vacías”.


Una mirada al futuro con esperanza

La visita a San Pablo Extramuros no ha sido un simple acto devocional: ha sido una verdadera sacudida espiritual, un llamado al alma de la Iglesia para que se levante, se purifique, y vuelva a caminar con el fuego de los primeros tiempos.

Como lo expresó el mismo León XIV en la conclusión de su homilía:

“No tengamos miedo de parecer locos por Cristo. No temamos arder por amor. San Pablo no tuvo miedo. Que su ejemplo nos guíe, nos empuje, y nos transforme.”


🙏 Que esta visita sea semilla de conversión, renovación y ardor misionero en toda la Iglesia. Que cada cristiano vuelva a mirar a San Pablo y diga: “Señor, hazme también a mí un apóstol valiente en medio del mundo”.

 

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